El Juicio Investigativo FALSA DOCTRINA ADVENTISTA

El Juicio Investigativo Cuando la noticia de la visión de Hiram Edson llegó a los oídos de Miller, éste se rehusó tenazmente a apoyarla (noten que en esta versión del Evangelio según los Adventistas existe una carencia total de los nombres tradicionales en los asuntos cristianos: Pedro, Juan, Lucas, Mateo, Santiago, Pablo…). Por lo menos Miler fue honesto y no continuó el jueguito de profeta… pero en el grupo había gente que no aprendería la lección ¡NUNCA!. Los Mileritas necesitaban una salida rápida y poco dolorosa a la desdichada y VERGONZOSA experiencia del 22 de Octubre. ¡En apenas unos meses, casi el mismo grupo de "escogidos" había abierto los brazos a una nueva doctrina! La casa de Edson se convirtió en la cede de lo que a partir de ese momento se comenzó a llamar Movimiento Adventista (Adventista, porque esperaban el Advenimiento o la llegada de Cristo). Un punto que deseo repetir aquí es que hasta ese momento todos estos "escogidos" habían estado adorando a Dios y a su seguro Salvador, Jesucristo, ¡los domingos! Fue en una reunión en la casa de Edson que un individuo llamado Joseph Bates introdujo la idea de que en vez de adorar los domingos, el grupo debía comenzar a adorar los sábados ya que él lo había leído en un pedazo de papel viejo que se encontró un día sentado en el parque. El artículo en este papel lo había escrito Thomas M. Preble, un líder de lo que en ese momento se conocía como la Iglesia Bautista del 7mo Día. A propósito, este grupo Bautista del 7mo Día ha desaparecido casi completemente del espectro religioso mundial. Una persona que forme parte de tan exquisito grupo como el que todavía se reunía en la casa de Edson, no necesitaba ni siquiera abrir la Biblia para leer: "Por lo tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o los sábados. Todo esto no era más que la sombra de lo que había de venir, la verdadera realidad es Cristo" Colosenses 2:16-17. "Pues es por gracia que han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios" Efesios 2:9 Una persona que todavía estuviera sentado entre ese grupo compuesto por hombres con una indiferencia total por la autoridad de la Biblia y las enseñanzas del mismo Jesucristo, no había de cavilar al adoptar una nueva doctrina como esta. El hecho es que estos "feligreses" adoptaron la doctrina del sábado como se adopta a un pajarito mojado después de un aguacero. Y… como era de esperarse, ¡una cosa lleva a la otra! Ahora había que explicar qué rayos entró Jesucristo a hacer en el Lugar Santísimo y qué había estado haciendo en el Lugar Santo. La Doctrina del Juicio Investigativo La necesidad de tal explicación fue llenada por un artículo escrito no por Pablo o por Santiago, sino por un americano llamado Crosier. Según este gringo, esta obra de juicio por parte de Cristo consta de 2 partes; a saber: Desde el día de su ascensión en Lucas 24:51, y hasta el 22 de octubre de 1844, la obra de Cristo fue comparable con el ministerio diario de los sacerdotes del Antiguo Testamento. En otras palabras, el sacrificio de Cristo en la Cruz no resultó ser tan eficiente como se esperaba, porque los pecados habían sido perdonados, pero no borrados de los récords de los pecadores en los archivos del cielo. A partir del 22 de octubre de 1844 fue cuando Cristo comenzó aquella fase de su ministerio destinada a borrar (con un borrador, por supuesto), los pecados, tal y como lo hacía el Sumo Sacerdote el Día de la Expiación. Amigo mío, si usted y yo no tuvimos la suerte de nacer alrededor del 1844, usted y yo estamos feos para la foto, a no ser que … ¡creamos en estas asombrosas historietas, y nos asociemos a los Adventistas del 7mo Día! Según los adventistas, cuando Jesús le dijo al paralítico "Tus pecados te son perdonados", en Mateo 9:5, a Jesús se le olvidó decirle a ese infeliz, "Ahora tus pecados te han sido perdonados, pero cuídate mi hijito…¡que todavía no han sido borrados! ¡Buuu!" En otras palabras, Jesucristo mintió por omisión. La verdad no es la verdad si no se dice completa. Pues si Jesús sabía que los pecados de este infeliz habían sido perdonados, pero no borrados, no hacia más que mentir. Él había dicho la verdad, pero una verdad a medias. Por supuesto, esto es así según los genios adventistas. De acuerdo con las doctrinas Adventistas, Jesús ahora se encuentra sentado en un escritorio, con un borrador de esos cabezones que antes le daban a uno en la escuela, fajado borrando pecados, o quizás con un corrector de papel, o que sé yo, con una lata de pintura blanca, pintando los libros otra vez para borrar los pecados. Un problema de colosales consecuencias se presenta: A raíz de la adopción de esta doctrina la cosa se reduce asombrosamente. Aquí aparece el primer problema del naciente Adventismo del 7mo Día: ¡La puerta estaba cerrada para todos aquellos que no eran del clan adventista! A una muchachita recién llegada al movimiento y llamada Elena, le fue especialmente mostrado (por el mismo dios que se había equivocado en sus informaciones a Miller y a Snow) una nueva visión… se le "mostró que la puerta de la misericordia se había cerrado para todos los que no habían aceptado el mensaje de 1844". Así que el mundo y la mayor parte de los que había en él se quedaron en el lado de afuera de la puerta. ¡En esa pila estamos incluidos usted y yo! Con la excepción de Elena, su esposo, sus hijos, y el grupito de Adventistas que recibieron esta información, todos los demás seres humanos estamos perdidos para siempre. ¡Qué tremenda antítesis se presenta a raíz de esta nueva revelación divina de parte del Padre para esta señora! El pobre Jesús fue enviado al mundo a decir mentiras por el mismo Padre que Elena reclamaba la había mandado a ella a decir que la "puerta de la misericordia se había cerrado para todos los que no habían aceptado el mensaje de 1844". Sin embargo, ponga atención a la siguiente cita: "Yo soy la Resurrección y la vida. El que cree en mi, aunque muera vivirá; y todo el que está vivo todavía está vivo y cree en mi, no morirá jamás" Juan 11:25 "Pero estas cosas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él" Juan 20:31. En otras palabras y según la nueva advenediza al Adventismo Post-Milerista, Jesucristo no sabía lo que estaba hablando cuando reclamaba ser la fuente de salvación en Juan 11:25, ya que ella flagrantemente declara que el pasaporte para entrar al cielo era haber "aceptado el mensaje de 1844…"¡NO EN CRISTO!. Pero las cosas se complicaron… el tiempo fue pasando y el exclusivismo, que comienza temprano en cualquier plan religioso, despegó enseguida. Se parece a la actitud de "Señor, bendíceme a mí y a mi esposa, a mi hijo Pedro y a su esposa, a nosotros cuatro, y a nadie más". La posición de la puerta cerrada nunca fue realmente aceptada ni por el mismo William Miller, pero circuló entre algunos de los rechazados. Duró oficialmente hasta después de 1850, cuando se abrió una rendijita en la puerta para que pudieran colarse los hijos de los miembros fieles, y más tarde, las esposas y esposos de los que creyeron en la fecha. (Yo debería comenzar a escribir fecha con una F mayúscula, ya que según White, "la Fecha" de 1844, ¡No Jesús!, era la llave de la Salvación.) Es asombroso ver la forma en que una mentira se extiende y ramifica y se convierte en un pulpo gigantesco que trasciende el tiempo y el espacio. Un día, reunido con un grupo de adventistas, les preguntaba: "Pues si todo esto es así, ¿Creen ustedes que los Evangélicos somos salvos?… Hubo un silencio en el salón y después de unos segundos uno de los ancianos me dijo… "Sí, pero no". Los Adventistas se refieren a "los que no son salvos." En realidad, en el concepto Adventista, tanto al comienzo como más tarde, virtualmente todo el mundo era o es no-salvo. Pero el primer desatino profético de la Sra. Elena no tardó mucho en comenzar a tener efectos nocivos y la profecía proporcionada por el mismo dios (¡el cual se equivocaba otra vez!), la de la "puerta cerrada," pronto fue abandonada porque los que perdieron el tren en 1844 comenzaron a morirse. Después, los no salvos, aún en nuestro tiempo, vinieron a ser todos los que no hubieran aceptado a Cristo. Todos los cristianos sabían esto, pero para hacerlo un poquito diferente, y quizás para añadirle encanto, el punto de vista Adventista de no-salvo vino a significar cualquiera que adorara en domingo (católico o protestante); cualquiera que fumara, masticara tabaco, bebiera, fornicara, asistiera a espectáculos públicos, o usara o comiera algo que los Adventistas no usaran o comieran - en general, cualquiera que no fuera oficialmente parte de su espectáculo. La cosa se puso tan fea que muchos de los familiares de los creyentes comenzaron a quejarse de la profetiza y hasta el esposo de Elena, James, tuvo que aclarar que podría haber una rendija en la puerta, sobre la cual Elena no tenía control. En 1851, James se sintió impulsado a publicar en el Review y Herald (el medio de comunicación adventista), un extenso editorial y decía: "Ningún escritor del Review se ha referido nunca a las visiones de Elena como autoridad sobre ningún punto. Por cinco años, el Review no ha publicado ninguna de ellas." Más tarde el esposo de la Profeta pagaría muy caro su atrevimiento al dudar de la "inspiración divina" de su esposa. ¿Cómo lograr la entrada de nuevos miembros sin desacreditar la profecía de la "puerta cerrada"? La Teoría del Juicio Investigativo es lo que se llama una espada de doble filo. Esta teoría primeramente explicaba lo que Jesús había entrado a hacer al Lugar Santísimo, mientras validaba la idoneidad de la fecha 1844. Pero por el otro lado y pensándolo bien… no era esta tierra la que había sido separada de la misericordia y estaba a punto de recibir justicia, sino todo lo contrario. Era en el cielo donde la justicia estaba siendo decidida (y la misericordia estaba todavía disponible aquí en la tierra). Este proceso, por supuesto, requería mucha contabilidad celestial, examinar los registros (usando quizás programas computarizados como Lotus), volver a registrar las obras hechas y las sin hacer, y compilar un vasto número de cifras que necesitarían mucho tiempo para ser totalizadas - de aquí la idea del tiempo de oportunidad. Además, hasta había espacio para las cosas que no habíamos hecho o pensado. Elena había escrito que "seremos tenidos como individualmente responsables por hacer una jota menos de lo que podemos hacer ... Seremos juzgados de acuerdo con lo que deberíamos haber hecho, pero que no llevamos a cabo porque no usamos nuestros poderes para glorificar a Dios... Por todo el conocimiento y la capacidad que pudimos haber obtenido y no obtuvimos, habrá una pérdida eterna". Ahí lo tienen… El Juicio Investigativo; trabajo arduo y tesonero de parte de Dios. ¡Mayor aún que los 6 días de la creación! Este trabajo lleva tanto tiempo que aun no termina, y recuerden que comenzó en 1844, y como Cristo aun esta ocupado haciendo sus quehaceres, esto aún mantiene la puerta abierta para los nuevos creyentes. En su libro "La mentira de White", el ex-pastor adventista, Walter T. Rea, nos dice que "William S. Sadler, era un médico ampliamente conocido y cirujano de su tiempo, escritor, amigo personal de Elena White, yerno de John Harvey Kellogg, el cual escribió: Analicemos una personalidad especial…

MUCHAS COSAS MAS EN LOS MENUES DE LA DERECHA

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